¿Qué hay si el amor es menos complicado que una ecuación con una sola incógnita? En esta historia, esa incógnita no es una simple e insignificante "X", tiene nombre y apellido. Y, por añadidura, una manera muy extraña de ver la vida. Pero no se puede dejar de lado que en ésta vida, y en las seis que le queden a cualquier gato, todo depende desde dónde seas testigo de la hecatombe.