Daniel es una persona difícil de querer, para él el amor es solo un cuento sin sentido, pero al ver a su vecina de enfrente todas las tardes fumando bajo el árbol de su casa siente fascinación, lo hermosa que ella se ve y lo fácil que se le hizo a él empezar a querer verla le hizo pensar que tal vez ella pueda ayudarle a sentir. Daniel nunca se imaginó que el vicio más grande que él tendría sería esa mujer tan misteriosa. ¿Un alma en pena también puede amar? Y es que hay personas a las que no podemos dejar de querer, simplemente no podemos olvidarnos de ellas, y muchas veces nos volvemos locos intentando ocultar y olvidar nuestros sentimientos, el cómo nos hacen sentir, y el qué nos hacen hacer; pero sabemos siempre que aunque intentemos de todo para dejar de querer, nunca lo lograremos, porque empezamos a amarlas sin querer hacerlo, sin tener un motivo y sin encontrar nunca una razón.