Mila siempre había vivido a la sombra de su hermana gemela, Mía.
Aunque compartían el mismo rostro, todos parecían preferir a Mía: más extrovertida, más segura, más... todo. Mila se había acostumbrado a ser invisible. Hasta que un día, todo cambió.
Apareció él. Alto, encantador, con una sonrisa que parecía sacada de una comedia romántica. Y estaba buscando a Mía... o eso creía. Pero sus ojos -los de él- se detuvieron en Mila, creyendo que era su hermana.
Mila lo supo al instante: no estaba enamorado de ella, sino de la imagen que tenía de Mía. Pero, por primera vez, alguien la había mirado como si fuera la protagonista de su propia historia.
Y ahora tenía dos opciones:
Opción A: Fingir ser Mía y vivir un amor que nunca pensó posible.
Opción B: Decirle la verdad... y verlo alejarse para siempre.
¿Que pasaría si el chico que nunca pensaste hablar, es en realidad lo que necesitabas?
Decisiones difíciles
¿Un amor indefinido?
Milli solo quería encontrar lo normal y estable en su vida, pero nada en la vida es normal y mucho menos estable.