Llegué a mi casa, cansada. Todo el cansancio que no se había hecho presente anoche comenzaba a aparecer en mi cuerpo de a poco.
Abrí la puerta de mi hogar y entré. Apenas di un paso, los gritos de Mara me ensordecieron. Mi malhumor comenzaba a crecer de a poco, tan sólo quería lanzarme en mi cómoda cama y dormir por, aproximadamente, siete meses.
-¡Rave! ¡Ya lo sé! ¡Lo tengo, Rave!-exclamó ella corriendo hacia mí, con total emoción reflejada en su rostro.
-¿Qué? ¿Qué es lo que tienes, Mara?-pregunté, desorientada. Nunca lograba seguirle el paso, jamás lograba entenderla cuando comenzaba a hablar como una maldita loca.
-¡La venganza hacia aquél papanatas!-gritó, contenta. Por lo menos, se había entretenido con algo y logró dejar de llorar mientras yo no me encontraba presente.-Tú me ayudarás.
-¿Ah, sí?-pregunté mientras arqueaba una de mis cejas. Me encaminé hacia mi colorido cuarto mientras ella me seguía.-¿Y cómo se supone que yo te ayude?
-Bien, sé que al principio te parecerá un poco loco y te negarás porque bueno, pensarás que es una locura, pero créeme que tengo todo fríamente calculado. Tengo hasta los más mínimos detalles pensados y...
-Al punto, Mara.
-Quiero que enamores a Tyler Hood.
--------
Historia subida el 12/10/2018