Basura. Era más que eso, siempre lo fue. Pero la forma de demostrarlo siempre estaba mal, siempre era sucia, siempre era traumante. Oliver siempre fue una persona, pero en su vida lo trataron como un simple trapo para usar y desechar, o peor. Lo trataron como un muñeco para descargarse, para sacar lo peor de si mismos y volcarlo sobre este niño. Incluso los ángeles sin alas poseen ojos del color de la sangre.