Varios años después de la guerra con el que no debe ser nombrado el mundo mágico parece gozar de una paz y una tranquilidad que no habían disfrutado hacia muchísimo tiempo, a pesar de que aun había alguno que otro mortífago, los aurores se hacían cargo de esto, pero, dentro de aquella calma surge un nuevo peligro para todos, peligro que llevara a Harry a apoyarse de quien menos lo espera, un rubio medimago que le hizo la vida imposible en Hogwarts.