-Y sabes ¿Qué? Lo lograste, ¿Querías verme enamorada de ti? ¡Bien! Aquí me tienes, y ahora ¿Qué piensas hacer?-vociferé frente a él. -No deberías preguntarlo Dianna, sabes lo que haré.- respondió tomando mi cara entre sus manos. -Ese es tu maldito problema, todo el tiempo asumes las cosas como si fueran muy obvias, ¡No lo son! No para mí Ky.- me alejé bruscamente. -Anna déjame explicar- suplico acercándose. -Un día me prometiste que harías lo fuera para hacerme feliz ¿Lo recuerdas? Pues bien, llegó el momento de cumplir tu promesa, te voy a pedir una única cosa, solo una y nada más... Quiero que salgas de mi vida.