Nora Russell es una amateur de la astronomía y a duras penas podrías seguirle la elocuencia de una palabra coloquial. Con unos anteojos medios abollados y el constante trabajo de caracterizar las imágenes de Cassini y que Europa se mantuviera divagando sobre Júpiter, había creído que estaba caminando sobre una nube. Entonces, en los 365 días (o 366), fue uno que revoloteó. Nora había jurado ver que las ideas echadas a suerte cobraban vida propia. Que las inmensas y tantas preguntas que se amontonaron cuando abrió los ojos y sentía el pecho salirse y la respiración volverse nada con el cuerpo, no tendrían respuestas. De esa nueva tierra tenía que aprender. De esa mirada profunda, familiar, risueña y con la piel sedosa y escamosa tendría que conocer. Para ese nuevo mundo tendría que, de hecho, sobrevivir y no morir por la particularidad y por la presión que le hacía perder el sentido. ¿Cómo y cuando fue qué sucedió? ¿En qué momento ella luchaba por encontrarse y hallar de ese inesperado por qué? Ella quería entender las inmensas cuerdas flojas que se precipitaban en su camino junto a lo que conocía y tenía veracidad. ¿Podrá Nora dar con la inesperadas respuestas a lo que tendría sentido de lo que ocurría y no ocurría? ¿Cómo podría buscar? Tenía la voluntad de ver la casi mirada similar de esa gente nueva y no pensar que pretendían asesinarla...y eso no era halagador en lo que correspondían las Nuevas Bienvenidas. Pero, podría ver sus ojos y no perder el equilibrio para darse cuenta de quién tomaba su mano era un ser vivo ajeno a lo que conocía. ¿Cómo podría aguantar Nora Russell en el Nuevo Mundo que él le había mostrado? ¿Hasta dónde sería capaz de sobrellevar el Nuevo Mundo y Las Creaciones Celestiales de un desconocido Planeta que tarde o temprano colocaría un punto y final sin saber que su vida a causa de ello, en realidad, pendía de un hilo? Copyrigth ©️. Historia completamente ORIGINAL.All Rights Reserved