El vaho no le permite ver con nitidez a través de la bolsa a pesar de ser transparente. El calor u la humedad se manifiestan en forma de sudor que nace en la frente y discurre por la cara en varios afluentes para terminar desembacando en el calcentín que tiene metido en la boca, hasta la campanilla. Hace ya tiempo que a Mercedes no le queda fuerza física ni psiquica como para pensar en que va a poder liberarse de la silla de madera en la que está sentada. El parte de daños que le devuelve el cerebro no presenta cambios con respecto al último: dolor agudo en la frente, tumefacción en las muñecas, molestia en aumento en los hombros, en el cuello y piernas totalmente dormidas. Calor y humedad