De Lobos y Dragones.

Ser maldita no es fácil. Ella siempre pensó que la inmortalidad era un regalo divino, pero la vida le enseñó que era más bien una cadena que la ataba al pasado. Ella siempre pensó que ser algo más que humana era genial, pero convertirse en una licantropo atada a sus propios instintos le hará entender que no.

Ser princesa tampoco es fácil. Ella siempre pensó que tenía todo en su vida, pero ¿cuanto oro le daba amor? ¿Con cuanto oro podría tener alguien a quien llamar amigo? ¿Cuanto debía dar de si misma para encontrar a alguien a quien amar? Tal vez, nada. O, tal vez.

Ambas, tan distintas, con vidas tan separadas. ¿Sera posible que ambas siquiera convivan? La respuesta es algo que ambas deben descubrir por su propia cuenta esquivando sus pasados. Tarea más difícil que todo lo demás.