Todavía no sé el titulo de ésta historia, espero encontrarlo pronto.
No puedo pedir perdón por quererte, por extrañar, por querer estar entre tus brazos, por rozar tus labios y hacerte el amor solo con el pensamiento, somos dos queriendo ser uno.
Estamos unidos de una forma muy extraña, diría incompatible, pero me gusta y tu haces que me guste más.
Me gusta tu ausencia porque es en ese momento cuando mi mente se purifica y empieza ese yo interior hablar por si solo.
Es increíble hasta donde hemos llegado.
Existe ese cierto miedo de dejarlo y ni saber que hacer, pero la verdad es que no me arrepiento de nada, si me toca perder, pues sera otra experiencia, la cual sin duda voy a trazar en el órgano que marca el ritmo de nuestras vidas, a ese que el cáncer no puede tocar, el corazón.