La Carta Del Enviado De Gaia.

-"Mortem intelligat rem silentio transeant pedibus."

En español sería "Solo la muerte entenderá el silencio que dejan tus pies al pasar." El engendro frente a mi solo escupía palabras tontas, casi cínicas, que sabrá de todas formas. El solo esta aquí para saldar cuentas.

-"Que así sea, ¿que más da?"

-"Accipere crucem. Sese ex delubro ruina cumulant. (Tomad la cruz. Retiraos de este santuario de los caídos.)"

Estúpida criatura. Como si he de irme sin lo que me pertenece.

-"Accipere crucem."-Insiste.

-"Nihil. Paciscor non consummato. (No. El trato no ha sido consumado.)"

-"Accipere crucem."

-"Nihil."

Ante esa respuesta la criatura sel alzo por encima de lo que ella misma llamó santuario, asquerosa basura, ¿es un santuario esto? Este hoyo de los abandonados, de los sin perdón, solo es tumba de aquellos que lo desafiaron. Y así, la ira envolvía al engendro dando a su exterior una grotesca imagen equiparable a Belial. Este ser renacido de las abandonadas y tristes llanuras de alguna tierra perdida, solo debería descansar de una maldita vez.

-"Aprende esto antes de ser consumado por el filo de mi espada; El Temple es la espada de Dios, y los templarios el brazo fuerte que maneja dicha espada, pero yo solo soy un guerrero que ya no mira hacía atrás en su última travesía. Todo mal que me hagas te lo devolveré, criatura creyente de un solo dios, perdido en su desesperación, el hombre jamas fue dueño de Gaia. Es justamente al revéz."

Seguido acto, antes de cualquier riesgo, mi espada cubierta en la tristeza del olvido, cerceno lo que algunos podrían llamar cabeza. El Templo del Adiós espera por ti.

En paz resida su alma y Gaia le permita el descanso digno de aquellos que han sufrido el abandono, pues el fue abandonado por su dios.