«Cuando la sociedad comienza a juzgar a las mujeres por su belleza superficial, dejan de verlas como seres humanos y más como un objeto»
-Aunque realmente, honestamente... -
- la vi a los ojos, esos ojos verdes llenos curiosidad, burla y corro el riesgo de decir que esperanza, lo solté - Me aburro con perras básicas, y tu eres la mas mala, viciosa. Siempre quieres más de lo que puedes conseguir, y yo no hago más que dártelo.
Se levantó del suelo de golpe, sus movimientos eran agiles pero decididos, se colocó frente a mi, se arrodilló y con movimientos mas lentos se sentó en mi regazo, entrelazo su mano con la mía podia sentir el calor que ella emanaba, sentía su vitalidad y su calor corporal al estar tan cerca de mi, recorri su cuerpo con la mirada y besé su cuello, lo dije.
-Me perteneces - sonreí con arrogancia a lo que ella me vio con dulzura e inocencia, sus labios se entre abrieron formando una sonrisa burlona mientras acariciaba mi cabello rubio enredandolo en sus dedos, pude admirar una vez más su perfección y belleza, su delicadeza y al mismo tiempo su fuerza, tomó mi rostro con ambas manos y me miró fijamente abriendo sus ojos de una manera leve, sonrio de lado y fue ahí cuando me dijo algo que ya sabía.
-Gerald, nunca perteneceré a alguien, cariño.
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