Desde que tenia una muy corta edad sentí lo que era el dolor, lo que era la soledad.
Todos se aprovechaban de aquella niña que brindaba amor y confianza sin parar, hasta que llega al punto de cansarse, iba por la vida, fría y jurando que nadie nunca me lastimaría, cerrándome a aquel sentimiento llamado amor que lo único que me causaba era sufrimiento, creando así muros a mi alrededor para así evitarlo.
Pero sin tenerlo previsto, llegó él, una persona capaz de alegrar a cualquiera, alguien que brindaba su amor con cada célula de su cuerpo, llegó haciéndo que cambiara mi opinión sobre mí y sobre la vida, haciéndome inmensamente feliz, era de esas personas capaces de iluminarle la vida a cualquiera, aquellas que iban por la vida brindándole luz a la vida de los demás; y así, sin quererlo, sin imaginarlo, sin tenerlo previsto, se convirtió en la luz de mi vida.
No crei que el amor me llegaría a los 24, mucho menos que era una niña de 17.
¿Problemas?
Uno: es menor.
Dos: es hija del pastor.
Tres: a mi hermano le gusta.
Cuatro: ¡es mi alumna!
Y cinco: es una chica...
Aunque lo último a mi no me importaba.
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En edición.
Finalizada.
Mi gato es el autor 🐱