No todos somos lo que siempre soñamos. Algunos queremos ser artistas, otros médicos o astronautas. Yo quería ser bailarina. Cuando miré por primera vez bailar a alguien tenía 9 años, me enamoré en la forma en la que los sentimientos volaban en todo el teatro, tanto que mi madre se mataba todos los días por más de doce horas para poder pagar la inscripción de la escuela. Pero como dije,no todos logramos ser lo que soñamos. Ella murió dos años después y entré a una secundaria común, y quedé a cargo de mi Tío. El error más grande que mi madre hizo, fue hacerlo mi tutor legal si algo me pasaba. Y me convertí en una inocente.