En un lugar profundo y oscuro de la tierra, habitaba un dios llamado Julys, él era especial porque su cuerpo era eléctrico, pues en vez de tener arterias o venas, eran rayos, y en el tórax, su corazón era una esfera de electricidad. Un día, Julys se sentía completamente deprimido y no sabía qué hacer con su vida, así que salió de su recóndito y lúgubre hogar para no vivir más ahí y se fue al olimpo donde estaban los otros dioses para hacer de ese su nuevo hogar. Al llegar allá, se encontró con otros dioses, sin embargo, se sintió peor que antes porque los demás dioses no lo trataban como debía ser. Así que Julys se enfadó y decidió tomar venganza. Para ello, decidió que lanzaría rayos eléctricos a todos los templos donde las personas adoraban a los dioses que le causaron daño. Julys decidió concentrar mucha energía hasta que esta adoptara la forma de una esfera de color fosforescente, pero al hacer esto, su mano ardió en llamas. Julys grito del dolor y del ardor que sentía en su mano. Julys se preguntaba por qué le paso eso. Hasta que un dios llamado Imperium le contestó: "Te paso eso porque así yo lo ordeno. Yo soy el dios de la energía, y tu Julys posees energía eléctrica, pero tu comportamiento me ha hecho tomar una decisión: Ahora en adelante, cuando utilices tu poder, este se transformara en calor, y la llamaré energía calórica. De este modo es como algunos dicen que es como la energía se transforma mas no desaparezca: Todo gracias a Imperium y Julys.