"La pérdida de la conciencia y los valores, siempre afectará a los humanos. Nunca dejarán de devorarse los unos a los otros" El destino es una obra de arte que muchos no pueden predecir, pero si manejar. Lamentablemente el ser humano acabó con su propio nombre y pasó a ser un don nadie. Nos terminamos las plantas, animales, agua, ideas, ganas de vivir y demás recursos necesarios para el día siguiente. Convertimos un arte oscura en una costumbre diaria, como si nos hubiésemos olvidado de lo que somos. Dios mismo nos abandonó, porque se cansó de buscar la obediencia en nosotros. Nos guiaba y le dimos la espalda a medio camino. El dolor es solo un gaje del oficio. La tristeza, el pan de cada día. El vivir...un castigo bien merecido.
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