Cuesta comprender que todas las promesas y todos los sueños que habíamos dicho ya no serían, que se habían desvanecido aquel frío 28 de enero y se habían resbalado de mis manos como se me resbalaba tu sangre. Cuesta comprender que nos habíamos pasado media vida planeando cosas que ahora ya no serían Cuesta seguir aquí si tú ya no estás. Cuesta respirar cuando tú ya no lo haces. Cuesta la vida me cuesta. Ranking #13 en engaño 🔥