Nadie conoce en verdad al señor Hamada, no saben nada lo que sufrió y lo que sufría, pero la gente de pueblo no hacían más que juzgar a aquel desdichado joven que traía consigo al descendiente del desaparecido Rivera. Y, si había una canción que describía en su totalidad al alma herida de Hiro Hamada, era sin duda alguna, la Bikina