- ¿Qué haces aquí? -
La pequeña hembra lloraba desconsolada, acurrucada en una esquina de mi nueva celda.
- Hembra, ya no llores. - De pronto, ella me mira y una emoción que no pude reconocer cruza su rostro.
De repente, se lanza sobre mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.
- ¿Qué haces? - Pregunté preocupado, pero sin alejarla. Su aroma era agradable.
- Ellos vendrán por nosotros, lo prometo, ellos lo harán y nos rescatarán. ¿Cuántos más hay aquí? - Pregunta mirándome a los ojos.
- ¿Más qué? ¿Técnicos? - Me tenía completamente confundido, todo me tenía confundido desde esta mañana.
- ¡No! ¡Especies como tú! - Abre los ojos como si acabara de descubrir algo asombroso.
- No hay nadie más como yo. Soy el único. - Ella me mira de forma extraña otra vez.
- Estás solo, ¿hace cuánto? -
- Desde siempre, nunca había compartido celda con nadie. -
- Ellos vendrán, los otros que son como tú, y nos salvarán. Mi nombre es Jenny. ¿Y el tuyo?
- A mí me llaman 101. No hay nadie más como yo, soy el único. -
- No lo eres, hay más como tú y vendrán por nosotros. Lo prometo. -