Una noche Gerardo se encuentra con unos amigos en un bar, y al ver a una persona de origen humilde con un sombrero comienza a insultarlo y se desata una pelea en el bar en donde va a parar a los separos de la delegación. Sus padres, al no encontrar otra alternativa, lo mandan a Tabasco con sus tíos a un rancho platanero esperando pueda reflexionar y adquirir responsabilidad.
La llegada a este rancho parece una pesadilla; No hay televisión satelital, internet, automóviles deportivos ni otros lujos. Lo que Gerardo encontrará en ese lugar es lo que menos esperaba… amor.