Son las 3:30 am. Me he despertado sin razón. Me siento en la punta de la cama y empiezo a recordar todos esos hermosos momentos de aquellas tardes de otoño donde solo eramos tu y yo contra el mundo, cuando todo era perfecto. ¿Que paso? No lo sé. Pero ya nada es igual, supongo que era imposible que las cosas se quedaran como estaban. Han pasado muchas cosas que probablemente hagan que la felicidad no vea para atrás. He descubierto que la felicidad es solo una fase que va y viene cuando ella quiere. Y la tristeza, esa siempre estará ahí esperando el mejor momento para pegarte por donde mas te duele.