El origen de los problemas sociales es sexual. No la lucha de clases como dijo Marx. Y debe resolverse sexualmente para evitar la catástrofe. Las ideas de individuo y progreso son mitos religiosos. El éxito personal es la obsesión moderna pero esa búsqueda ansiosa de éxito nace del deseo sexual reprimido. El bienestar social no viene del progreso económico sino de la felicidad sexual. Dicho bienestar es imposible mientras exista la ideología porno que usa al sexo como instrumento del engreimiento y del clasismo quitando del hombre el atractivo sexual y pedestalizando a la mujer para hacer escaso el contacto con ella y así obligarlo a él a trabajar para obtenerlo. La hipergamia es PROSTITUCIÓN NO EXPLÍCITA. Condiciona a la mujer a buscar estatus en el hombre admitiéndolo a cambio de fortalecer o ascender su casta social. Se ha kardasianizado a la mujer para desadmitir al hombre por criterios epidérmicos. Tenemos castas sociales de hombres por su aspecto. Tampoco hay gusto sexual genuino. Es un autoengaño. Al tener una relación sentimenal o sexo casual con hombres de aspectos imaginariamente más bellos o con personalidades de mayor dignidad la mujer es condicionada a reforzar su estatus por autoestima. Pero esas ideas de belleza masculina o de personalidad masculina que busca fueron condicionadas por mera repetición de imágenes. Eso es prostitución en pro del estatus obtenido del aspecto físico o del carácter de la pareja, y ha permeado toda la sociedad. Por eso las formas de PROSTITUCIÓN EXPLÍCITA deben ser formalizadas retando la doble moral y zanjando de raíz los problemas sociales. Se debe garantizar un bienestar sexual pragmático con seguridad médica desmontándo aspectismos e hipergamias. Ese bienestar es el gran asunto social. El porno impide su solución. Por eso es el más vil crimen de lesa humanidad. Es un deber profesionalizar la prostitución. Hacerla una carrera educativa y formal. La más decisiva para el bienestar humano.