- ¡Que ganas tengo de que sea verano!- exclamó María -¡y yo! ¿ y tu Yona, no tienes ganas de que sea verano?- Preguntó Elisabeth. - La verdad.... No.- informé De repente alguien estaba cruzando y ví que lo iban a atropellar. Entonces salté y empujé al chico, después.... todo se volvió oscuro.