"gay, maricón, afeminado, mujer" lo único que pedía entre puñetazos, patadas e insultos era que Dios mandara un ángel, ahí fue la primera vez que te vi pasar por la puerta de la escuela con una mirada perdida y cierto toque de temor en tus ojos de un verdes. - ya no puedo ni quiero ser fuerte, si no puedo luchar con mis demonios ¿como quieres que te salve? -quizás necesites a alguien que te salve a ti y no a alguien a quien salvar- musitó mirándome fijamente con ternura