Deirdre Collins apenas recordaba el comienzo del Invierno en el Mundo. Era tan solo un bebé cuando la Tierra fue cubierta por un espeso e imperecedero manto de nieve. Los campos murieron y las ciudades fueron sepultadas por aquella muerte silenciosa y blanca. Nada quedó, salvo los pequeños poblados de supervivientes que habían sabido adaptarse a las condiciones más adversas del nuevo clima y animales como los que la campesina cuidaba en su cueva, en una de las colinas del Valle de Tenebra.All Rights Reserved
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