Cuando un caso aparentemente imposible llega a sus manos, Dominick Creeds, un joven detective prácticamente recién salido de la academia, se siente incapaz de dejarlo ir.
Para resolverlo, lo único que tiene que hacer es adentrarse en un juego marcado por la sangre y la violencia; uno en el que tu mejor amigo puede poner una bala entre tus ojos y en el que tus aliados sean los menos imaginables.
Para jugarlo, las reglas eran simples: No te distraigas, no sientas nada, no lo dudes, no te arrepientas. No te enamores.
Una vez cruzadas esas líneas, no era posible volver atrás.
Dominick lo tenía muy claro, pero por supuesto, no esperaba que en el camino se encontraría con un par de misteriosos ojos, una sonrisa maliciosa y un deseo inexplorado que lo llevaría a los lugares más tórridos, salvajes y oscuros de su mente.
Ahí donde nunca había querido explorar.
Él lo aprendió de mala manera.
Otra vez...otra vez fui asesinado, ¿cuántas veces mori? creo que fueron tres... supongo que la tercera es la vencida, siendo honestos llegue más lejos de lo que esperaba...se supone que debí morir hace meses pero aquí estoy, peleando contra el rey de las maldiciones, el ser más desgraciado de la historia, ahora estoy cumpliendo mi destino... morir joven, por lo menos ayude a los que pude...me hubiera gustado salvar a mis amigos...me defraude a mi mismo, pero ya no importa, ahora todo se ha acabado, tan solo tengo que cerrar los ojos...