Cuando un caso aparentemente imposible llega a sus manos, Dominick Creeds, un joven detective prácticamente recién salido de la academia, se siente incapaz de dejarlo ir.
Para resolverlo, lo único que tiene que hacer es adentrarse en un juego marcado por la sangre y la violencia; uno en el que tu mejor amigo puede poner una bala entre tus ojos y en el que tus aliados sean los menos imaginables.
Para jugarlo, las reglas eran simples: No te distraigas, no sientas nada, no lo dudes, no te arrepientas. No te enamores.
Una vez cruzadas esas líneas, no era posible volver atrás.
Dominick lo tenía muy claro, pero por supuesto, no esperaba que en el camino se encontraría con un par de misteriosos ojos, una sonrisa maliciosa y un deseo inexplorado que lo llevaría a los lugares más tórridos, salvajes y oscuros de su mente.
Ahí donde nunca había querido explorar.
Él lo aprendió de mala manera.
Jeon Jungkook, un simple adolescente de 17 años que le gusta jugar básquetbol, pintar y dormir. Casi sufre un accidente cuando intenta cruzar la calle.
Kim Taehyung, un CEO multimillonario, soltero que vive al máximo pero a la vez la vive en su oficina, le gusta lo que hace, pero es pésimo en extender una relación a más de dos meses máximo. Y que un día no mires por donde vas y casi terminar con la vida de un adolescente, fue algo que kim no se lo esperaba.