" - Sólo quiero oírte decir 'me tienes nena, soy tuyo' - dije intentando imitar su ronca voz en las últimas palabras. - Cariño, ni en tus mejores sueños eso pasará - respondió el rizado con un tono burlón. Fui acercandome a él lentamente con una sonrisa juguetona - ¿Cuánto quieres apostar? "