-Más te vale que no te acerques a mí o volveré tú vida en un infierno.- me susurró al odio. Será gilipollas. Aprovecho su cercanía y pellizco su tetilla y le hablo en su oído. -Bienvenido al infierno- susurro retándole. Una chica ruda. Un chico malo. ¿Podrán dejar su orgullo a un lado y enamorarse?