Respiro con dificultad, mis pulmones arden como si se estuvieran incendiando, trato de levantarme pero mis piernas no me responden...quiero pedir ayuda pero mi voz no sale y es cuando entonces aquí, tirada en esta fría baldosa cubierta de sangre, de mi sangre, es que me pregunto: ¿Qué mal tan grande cometí para merecer este castigo? ¿Acaso Dios a decidido abandonarme a mi suerte? Quiero agradecer a mi amiga @CassandraAcuri por ayudarme a escribir esta historia.