Nunca olvidaré aquel día, el día que te conocí. Nunca olvidaré ese momento, el momento en el que choqué contigo en el mercado de los domingos. Toda la comida se cayó al suelo. Me agaché para ayudarte a recoger todo. Te dije un "lo siento". Y tú me miraste con esas esmeraldas verdes que tienes por ojos. Me sonreíste. Y me atrapaste. Desde aquel momento mi corazón te pertenecía. Me moría por volver a verte, por tocarte, por hacerte mía. Y lo hice. Te volví a ver. Y fué cuando descubrí que eras mi cuñada. Pero no me daré por vencido. Yo te quiero a ti, humana. Sí, a ti. A esa humana que con únicamente palabras podía destruirme.