-. Niña ¿estás bien?.- la chica rubia le dirige la palabra y Alice asiente aun medio atontada por el pensamiento de que estuvo a punto de morir atropellada.
-. S.si, estoy bien. - dijo viéndola a los ojos y la chica suspiró de alivio.
-. Que bien, le dije a mi hermano que bajara la velocidad porque estabas tú en medio de la calle. Que por cierto ¿qué hacías alli en cuclillas?..
-. Mi móvil se me cayó y me detuve a recogerlo.- contesté y ella asintió con una pequeña sonrisa.
ALICE..
-. Pues tu pequeño descuido casi hace que te atropelle, tonta. - dijo un chico bajando del lado del conductor y volteé a verlo con el ceño fruncido por como me dijo. Pero al momento abrí los ojos como platos al verlo. Es el hombre más hermoso que haya visto, tiene un jersey café, unos tejanos negros rasgados a la rodilla y unas botas doradas, pelo marrón hermoso, alto y musculoso. Acercándose a nosotras.
Él se detiene a medio andar y también abrió los ojos como platos. Viéndome de arriba para abajo con una mirada confundida. Ambos nos quedamos viendo mutuamente aun viéndolo. Puedo visualizar muy bien su rostro, cada detalle de él. Nunca había visto semejante hombre con gran porte y elegancia en toda mi vida, bueno, solo Jalil, pero él es otra historia. Este hombre es un dios griego, que digo dios, un adonis. Trago saliva viéndolo a los ojos.
Abre la boca, pero la cierra y apreta la mandíbula.
Yo aparté mi mirada de él sintiendo mis mejillas calientes por estar babeando por un desconocido.