Nota: Historia Yaoi con trama básicamente superficial y sin mayor transfondo. El plan de derrotar a Toue salió mal. Koujaku perdió el control y sus tatuajes le dominaron. Nada por hacer, solo quedarse sentado en una esquina siendo la "mascota" preferida del que alguna vez fue Aoba. Pero había algo que en su poca consciencia llamaba su atención, en la celda de a lado podía oír gruñidos.