Solo tú puedes hacer que mi corazón palpite fuerte y que la sangre me hierva de enojo al mismo tiempo. Quisiera dejar de pensar en ti con la misma intensidad con la que he llegado a odiarte. No entiendo como estar a tu lado puede pasar de ser un suplicio a el mejor instante del día, de un momento a otro. Lo peor de ti es que por más que te detesté, sé que no será suficiente para sacarte de mi corazón. Me provocas tantos sentimientos ocultos, que hoy cuando me desperté, no sabía si debía sentir alegría o fastidio a la hora de verte. Tengo que aceptar que la única razón por la que he llegado a odiarte tanto, es que eres la única persona que logra acelerar los latidos de mi corazón. (.....) Lo único que deseo es que te alejes de mí, pero no lo suficiente como para arrepentirme de ello. Lo que más odio de ti es que no puedo dejar de amarte, porque por más que lo niegue, tú siempre has sabido como manejarme a tu voluntad y aprovecharte de este sentimiento. Nunca sabrás que es lo que realmente provocas en mí, con tu manera de ser e incluso con el modo en que te enfrentas a mí, porque yo en realidad amo todo cuanto tienes.