En la vida las cosas no pasaban por que sí, todo tenía un motivo. Cuando Lyse recibió una carta de Corea, donde le ofrecían un puesto de trabajo no le dio muchas vueltas al motivo de por qué a ella le había llegado esa propuesta de trabajo, pero a pesar de eso decidió ir y ver que le deparaba el futuro. Lo que no pensaba es que no estaba allí por una mera coincidencia o por que el destino quisiese más bien todo tenía que ver con ciertos chicos que una noche entraron en su pequeña tienda de Madrid huyendo de una jauría de chicas. Lyse nunca pensó que aceptar ese trabajo la volvería tan feliz y tan loca al mismo tiempo.