En el año 1998 un científico murió, dejando su hospital a cargo de los siguientes trabajadores. Sin embargo, el hospital pasó a manos de gente mentalmente inestable, quienes hicieron del lugar una cárcel para gente 'normal'. Cuando estos se fueron, el hospital cerró y no fue hasta el año 2006 que volvió a abrir, esta vez en manos de un jefe con muy mala leche y de unos trabajadores cuyo fin era crear un ejercito de pequeños monstruos que pudieran, lo que ellos llamaban, ayudar a la humanidad.
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