Suspiro cansada. Desde que se fue de Berk las cosas se habían complicado a gran medida, estaba enterada de que Hiccup la estaba buscando por todo el archipiélago, era lo que había oído por el mercado. Y no le parecía extraño, solo había dejado una carta en la que rompía su compromiso con él y le dejaba ser feliz con la mujer que el quería en verdad. O esa eran las razones del por qué se había ido de Berk. Pero todo aquello solo había sido una escusa a la realidad que se le presentaba. La carta que le llego aquel día había cambiado todo su entorno sin que nadie de la Isla se hubiera enterado y por protegerlos. Proteger a la aldea, amigos y familia. Protegerlos de... -¿Mama?- pregunto un niño pequeño de aproximadamente 5 años de edad con cabello marrón un poco rojizo mientras se asomaba por la puerta de la cocina. Sus ojos azules verdosos se mostraban cansados y con una mano se fregaba un párpado mientras que con el otro sujetaba un peluche de un dragón con ojos azules y escamas blancas. El dragón que representaba el peluche estaba al lado del castaño acompañándolo. -Pasa algo- preguntó nuevamente -No tranquilo Gisli- le dijo dulcemente - venga cariño volvamos a la cama- dijo mientras lo cogía en brazos. El menor solo atino a acomodarse y dejarse llevar en sus brazos.