Querido diario: Me he enamorado... Siempre ha estado ahí y nunca le presté atención. Hasta hoy, que gracias a un sueño lo he conocido. Ésa mañana desperté con un nuevo sentimiento; Amor, ilusión y desesperación al mismo tiempo... todo se debía a las ganas que tenía de tocar el violín. ¿Y, cómo reaccionarías sí tu violín te hablara? Porque yo no seré la única que cuente esta historia.