Una noche de lluvia a principios de marzo una mujer de cabellos negros largos con una gabardina y gorra que le cubria la cabeza, haciendo imposible saber de quien se trataba, se acercó a un orfanato. Cabe decir que esta llevaba una cesta. Dejó este objeto en la puerta del orfanato, llamó y se fue corriendo. Una mujer de mediana edad entreabrió la puerta. Observó todo a su alrededor, izquierda, derecha, arriba... Hasta que llegó a mirar abajo y se percató del bebe que había en la cesta. De nuevo miró a su alrededor pero no encontró a nadie. Cogió la cesta y se la llevó. Ahí empezó la vida de aquella pequeña azabache.