Advertencia: Es necesario leer la primera novela cómplices del destino para entender esta. Tercer libro de la saga cómplices del destino. Beatrice Murgot, es la cuarta hija de los marqueses de Somerset. Una familia bastante grande y peculiar en medio de la Inglaterra de 1831. Beatrice no es la más sensata de sus hermanas, pero si la más tímida y reservada. Al contrario que su gemela, el don de la palabra no entraba entre sus características. Henry Manners, conde de Devonshire es un libertino que toda su vida ha tenido bastantes amoríos con diversas damas de sociedad, pero un encuentro con una peculiar dama le hace objeto de la venganza de ésta. Beatrice podía no ser una hábil oradora, pero tenía un arma que destruiría a cualquier caballero, su escritura y es que bajo su pluma cualquier libertino se encontraba en aprietos. Decidida a exhibir todos los amoríos del conde, Beatrice lo persigue sin esperarse que él armara su propia estrategia de contra-ataque. Entre chismes mal intencionados y cartas subidas de tono, el tira y afloja de esta pareja empieza con venganza incluida. Ella se rehusaba a caer en sus trampas de amor, se conocía todas sus artimañas de conquista por sus libros, pero él le demostraría que aún tenía mucho que aprender.