9 parts Complete Todo el mundo describe la vida como un tren, como un río, algo veloz, pasajero, demasiado efímero pero no en mi caso. Mi vida nunca ha sido como lo había planeado desde el principio. El linaje de mi familia tenía algo diferente, vivíamos a costa de los demás. Obviamente no era por decisión propia sino por necesidad pero aún así me resultaba cruel y horroroso lo que hacíamos para poder sobrevivir a una muerte dolorosa, agonizante y casi interminable.
La primera persona a la que le tuve que absorber una parte de sí misma era una chica. Yo a penas tenía veinte años y no era consciente de mi herencia genética, no lo era hasta que vi a la chica tendida en el suelo casi muerta, piel pálida, ojos saliéndose de sus órbitas y consecuentemente mi cuerpo más lleno de vida y rejuvenecido. El alma de las personas era el precio que tenía que pagar para poder sobrevivir y me parecía demasiado caro. Prefería morir y, de alguna manera, esa única petición me era imposible.