Cupido no trabaja sólo. Es decir, ¿Realmente crees que un bebé en pañales con arco dorado y flechas mágicas anda por todo el mundo, flechado traseros ajenos? Bueno, realmente no esta lejos de la realidad, pero, no es un bebé ni mucho menos un ser todopoderoso con la habilidad de clonarse; o al menos no he sido testigo de ello. Nosotros somos lacayos, fieles sirvientes que surgieron de las plumas doradas de un ángel amoroso para brindar ayuda adecuada a los mortales cuando se trata de la pareja adecuada, elegimos por nuestro dote a aquellos que se pertenecen desde que su existencia se manifestó en el uno de los tantos planos dimensionales -no solo mortales como se cree, pero son los que más abundante para flechar- Siempre hacemos la elección correcta cuando llega el día, la hora, el minuto hasta el microsegundo correcto, sin falla alguna sabemos el destino de lo que llamamos amor. Somos precisos, calculadores en nuestra labor, pues no venimos a cometer errores al lanzar nuestras flechas irreversibles. Todo es fríamente calculado para ser amor. Es por eso que nos llamaron a nosotros los fieles... Cupido sin amor.
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