Uno de ellos la impulsó a hablar con el otro. Ella le hizo caso. Él se arrepintió cuando entendió lo que había causado. Él le agradecía inmensamente que la hubiera apoyado. Ella decidió a cuál de los dos querer. Pero los sentimientos pueden jugar bromas pesadas y cuando menos lo esperas, pueden poner tu mundo de cabeza. El arte y los personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos autores.