La Señora Elizabeth Cullen había muerto y todos se frotaban las manos deseosos de figurar como herederos en su testamento, del que nadie más que su abogado tenía conocimiento. Edward Cullen, su único hijo, era por excelencia el heredero de su jugoso legado; pero no contaba con la aparición de otro nombre junto al suyo en la sucesión, a Isabella Swan, una mujer que por primera vez oía nombrar, le correspondía la mitad de toda la herencia. ¿El problema? la Señora Cullen los había nombrado dueños a ambos de la mansión familiar. FANFIC BASADO EN CREPÚSCULO DE STEPHANIE MEYER.
3 parts