Lizzie no buscaba un hombre con el cual quedarse, tenía suficiente con los hombres de su equipo que eran como sus hermanos, tenía a su padre, parecía tan buena en todo, tan libre de hacer lo que quisiera y aparentaba importarle poco la opinión de los demás, pero la muerte de su madre en su nacimiento y la culpabilidad que su hermana le cargaba era mayor, había crecido con la idea errónea de ser culpable por todo aquello y refugio su corazón para no sentir nada que no fuera orgullo y cariño solo por alguien a quien conocía, por arriesgar su vida por ella o su nación... La llegada de Caín a su vida le abrió la posibilidad de hacer cosas sin sentido que no creyó hacer, comenzar a amarlo sin darse cuenta y no pararlo fue lo que le dio miedo, no saber detenerlo.
Caín se había creado un estándar para las mujeres que estaban a su alrededor, ninguna podía ser mejor que él o incluso podían ser militares, odiaba a mujeres de ese nivel, odiaba saber que había, una mejor que él, el ser maestro de música era algo maravilloso, trayéndole muchas cosas entre ellas mujeres, pero de todas, no había visto venir a Lizzie, esa chica que parecía todo, que dejaba claro que no se jugaba con ella, no la vio venir cuando esa noche de lluvia apareció para darle ayuda, no creyó que una simple lluvia trajera a su vida a alguien como ella, dándole la oportunidad de amar a alguien sin darse la menor idea.
Es una historia con altas y baja en una relación y con muchas indecisiones.
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club nocturno, lugar donde conocerá a freen, una empresaria que luego de tener una discusión con su esposa decide ir al club para calmar su deseo.
Historia original
Freen es un personaje intersexual