K y D tienen una idílica vida en la Segunda Atmósfera: tienen un niño, una casa propia, unos trabajos que les encantan... Pero todo se tambalea cuando K recibe una carta en mano con un supuesto ascenso. Su marido está loco de contento pero él no parece muy convencido y teme que su pasado haya vuelto para cobrarse su deuda.