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No importa que tan lejos intenté escapar o que tan oculta pueda estar, al final del día los problemas siempre terminan regresándome a la realidad y cada día que pasa solo logro perder los sueños e ilusiones de algún día por fin encontrar mi propia libertad.

Pero aún si escapara a estas alturas, ¿ Sobreviviré sin él en mi vida ?...

Mi vida entera le pertenece a aquellos sujetos que me observan entre las sobras y no me refiero a cualquier tipo de fantasma o cosa ficticia que nace de nuestra imaginación; porque en este mundo se les teme a los vivos y no a los muertos.

En un momento de aflicción, la humanidad me da un rayó de esperanza, aun existe el tipo de persona que te dan la mano gentilmente y te sonríe con dulzura.

Fue entonces cuando en medio de la soledad y la depresión, apareció mi pequeña luz, aquel que me enseño lo que es amar de una forma loca y apasionada; por cosas de la vida nuestra historia merece ser recordada.

Aquella que yace en mi memoria, en los anhelos y sueños que nunca; ni en esta, ni en otra vida lograremos cumplir.

Quizá algún día, mi dulce tormento pueda ser así de fuerte como tú lo fuiste, deseó con ansías el día en que abandone esta prisión personal, escapar y nunca mirar atrás con el temor de que esos sujetos me capturen o peor aún arriesgar la vida de alguien más.

Jamás me arrepentiré aquel día cuando decidí dejarte ir, pensé que te protegía, sin embargó, tú tenías tus propios planes con muy buenas intenciones. Vivimos en un mundo tan cruel y sólo por esa vez hubiera deseado o dado mi alma mismo para que no tomaras tan imprudentes decisiones.

Sin más que decir les invitó a viajar en el tiempo, revivan lo que merece ser llamada una triste historia de amor, en la que de una u otra forma no todos pierden, pero casi muy pocos ganan.