Eric creía en muchas cosas, le tenía a otras cuantas, amaba esto y el otro, odiaba aquello, como cualquier chico normal. Él defendía que tener miedos era algo que no debía juzgarse, porque, seamos sinceros, todos tenemos miedos, algunos a las arañas como él mismo admitía, otros a las ballenas, como su amiga que en su vida había visto una, otras personas le temen a lo nuevo, a lo que no existe. Pero si nos ponemos a pensar hay miedos que la mayoría de la población compartía, el miedo al amor; o mejor dicho, a que te rompan el corazón. Eric buscará la manera de superar sus miedos, se dejar de temerle al examen de admisión a la Universidad. Tal vez solo necesite de un empujón, de disfrutar de la edad, de los placeres de la vida y de la locura de sus amigos. Porque tener miedo no te hace menos valiente.