Y comienzan a morir las esperanzas... la verdad, temo por mí, mi mente no parece cooperar y mi mundo se empieza a derrumbar; todo parece que va a explotar, a veces solo siento que soy un gran e inmenso agujero negro, tal parece que todo muere y padece a mi alrededor,
Cada duda es un pedazo del alma,
que engulle toda certeza,
como traga los astros del Universo. Así me siento, tal como un mar negro, convierto todo en solo mustios filamentos. A veces solo me gustaría correr y escapar y así no tener que volver ya más, pero la brisa se hace eterna y la vida me condena, se me hace tan difícil la tarea de continuar y tener fortaleza.
Esto no es una novela, esto se proyecta en muchas direcciones y pone a la imaginación en mi situación, una situación actual de un país, un amor y una gran tristeza incapaz de ver la orilla de la mar. ¿De qué se trata? Se preguntarán, de todas las cosas que a un ser le llegan, los obstáculos que nos esperan: la muerte, el amor, la amistad, la vida, lo singular y lo tautológico, lo indiferente y lo obvio, la lealtad fanática del amor por algo que ya murió, el deseo y también la pura representación de una fuerte ilusión, la hondura angustiosa de la enfermedad y la muerte, "el sufrimiento de ser y el aburrimiento de existir". Este libro a nadie expulsa, y proporciona una sabiduría y un deleite ilimitados. Aunque admito que la tristeza consumirá la mayoría de sus páginas, no les puedo asegurar nada.
Esto no es una novela es y no es una novela. Y así comienza un sin fin de capítulos que navegan en las turbulencias del tiempo y del espacio, anécdotas,
escenas veladas, discretas tragedias, que aún no encuentran el cauce de sus miserias. Solo necesito unos minutos y unos cuantos capítulos para poder calmar este terrible apetito, de sed de llanto, de sed de poder drenar. Escribir para las letras y no por ellas, escribir por alguien y para nadie... solo escribir.